lunes, 9 de diciembre de 2013

Cinema Paradiso (1988)

Ayer jugué a ser Dios, como suena. Estoy cavando mi propia tumba, y es que me gustan los juegos arriesgados. Supongo que para ganar uno antes tiene que perder muchas veces. ¿Cómo me puedo atrever a venir aquí con una gran película como "Cinema Paradiso", y decir que no me gustó? Los juegos arriesgados siempre son más divertidos.

Efectivamente ayer me tocó ver "Cinema Paradiso", gran película que yo no había visto y como he dicho no me gustó. Con esto quiero aclarar que que a mí no me gustará no significa que no sea buena, de hecho creo que me esfuerzo por hacer la separación y aunque algo no me gusté le intento reconocer el mérito. Creo que si tuviera que decir por qué no me gustó no sabría hacerlo, supongo que la cinta en sí es demasiado poética.

Siendo la segunda obra de Giuseppe Tornatore en 1988, le encumbró como cineasta de culto, a pesar de haber seguido trabajando hasta ahora, su mejor y más reconocido film es el que hoy me ocupa.

"Cinema Paradiso" es una carta de amor al cine, una declaración de intenciones de un amante del cine que casualmente es director de cine. Esta obra ha dado lugar a una mitología extensa, con muchos minutos que no llegaron a la versión internacional, con referencias al cine de Fellini y con diversas ediciones especiales, y recientes entrevistas a los protagonistas.

Este drama italiano cuenta la historia de Salvatore, un joven huérfano de padre que a través del cine, al igual que el resto de su pueblo, encuentra una vía de escape, y queda prendado de él. Hasta tal punto llega la obsesión del niño con el cine que termina convirtiéndose en el aprendiz del único proyeccionista del pueblo, Afredo. Tras un incidente el cine se quema, y Salvatore salva la vida al proyeccionista el cual se ha convertido en la figura paterna que el niño echa de menos en su vida. El cine es reconstruido y el pequeño es contratado como el nuevo proyeccionista del pueblo. Tras esto pasan unos 10 años, en los que la relación entre ambos se vuelve cada vez más estrecha, pero el protagonista ya ha crecido y empieza a fijarse en las chicas. Conoce a Elena, la hija de un banquero del que queda rápidamente cautivado. Después de una breve relación, Elena y Salvatore tienen que separarse y este queda desolado. Alfredo invita a Salvatore a que abandone el pueblo, a que busque un futuro fuera de este. Y todo esto es lo que un ya maduro Salvatore va recordando tras la llamada de su madre para comunicarle que su gran amigo Alfredo ha muerto, y decide volver al pueblo que le vio crecer tras seguir el consejo de su amigo y no haber vuelvo al pueblo en 30 años.

Claro que pasan más cosas en la película, pero creo que ese tipo de cosas que he decidido no mencionar son lo que la hacen una gran película y por eso creo que cada uno debería hacerse su propia opinión al respecto.

Lo mejor: durante toda la película se respira un gran amor por el cine.

Lo peor: el hecho de sentirme mal porque no me gustará la película.


Creo que merece la pena decir, que aunque no siga la temática cinematográfica, "Cinema Paradiso" de alguna extraña forma me ha recordado el libro "Tokyo Blues", tal vez la forma de la narración.

1 comentario:

  1. Esta es la peli, en la que mas he llorado a moco tendido en el cine y yo no soy de llorar. Es una muy bonita historia con la que nos sentimos identificados los que nos hemos criado viendo cine (el que fuera).

    ResponderEliminar