Siempre me pasa lo mismo, siempre termino cayendo, y veo películas
magnificas que sé de antemano que me van a entristecer. Y aún así, lo hago.
Supongo que de alguna manera puede que sea adicto a esa tristeza, pero ¿cómo no
serlo con películas como la de hoy?. Ya me pasó con "Dallas Buyers
Club", y me ha vuelto a pasar con la magnifica cinta con la que hoy me
presento en tan ilustrísimo blog.
"The Normal Heart" es una desgarradora historia de amor, y a la
vez es una crítica sobre cómo se actuó en los orígenes de lo que se denominó
"el cáncer gay", o actualmente conocido como SIDA. La historia usa a
un grupo de amigos para ir relatándonos cómo estos, o en su defecto, sus
conocidos, van siendo victimas de tan terrible enfermedad, y a la vez nos
muestra como el protagonista, Ned, se escandaliza al contemplar la pasividad de
los políticos y de los medios. Lejos de amedrentarse empieza a llamar a la
puerta de sus conocidos para formar un grupo de apoyo y de lucha contra la
enfermedad, llegando incluso a La Casa Blanca, pero para entonces puede que sea
demasiado tarde para alguno de ellos.
De lo que fue realmente, a lo que nos ha llegado puede que haya una gran
diferencia, ya que la película esta basada en una obra de teatro que escribió
Larry Kramer, quien a su vez se inspiró en sus propias vivencias. De todas
formas el guión de la película también lleva la firma de Kramer, así que me
gusta pensar que dentro de las posibilidades se ha sido bastante fiel a la
obra. Personalmente no sé si hubiera sido capaz de ver la obra en directo.
Larry Kramer fue y es un activista gay, y fue co-fundador de la "Gay Men's
Health Crisis", la asociación que se puede ver en la película.
El director, Ryan Murphy, es conocido por su polifacético trabajo, lo mismo
hace una serie musical ambientada en un instituto, que te hace una de las
mejores series de terror que se han hecho en la historia de la televisión. Él también
es abiertamente homosexual, y puede que no sea un activista, pero a su manera, también
ha luchado por la causa, dando voz a quienes no la tienen, y haciendo visibles
algunos problemas de la sociedad, cosa que no siempre ha gustado, y a ello se
debe alguna cancelación que ha sufrido.
Aparte de lo llamativa que es la temática de la película, el principal
reclamo es el grupo de actores que ha logrado reunir, el cual a pesar de
tratarse una "tv movie" no tiene nada que envidiar a las grandes
producciones, porque sí, esta película se emitió directamente en la televisión,
sin pasar por los cines. El actor principal de este impecable drama es Mark
Ruffalo, pero desde luego los secundarios son los que le dan la profundidad que
se merece, y tan bien logra. Matt Bomer y su carismática interpretación hacen
que la película sea realmente un drama, pero a ellos dos se les suman Julia
Roberts, Taylor Kitsch y Jim Parsons.
La grabación de la película tuvo sus problemas, ya que durante esta fue
cuando Cory Monteith murió, y por ello se detuvo la grabación, además el Matt
Bomer tuvo que perder 18
kilogramos para lograr una caracterización espectacular
de su personaje.
Desde aquí me gustaría llamar la atención sobre lo complicada que ha sido la
participación de determinados actores, como Bomer o Parsons, abiertamente
homosexuales, a los cuales, esta condición les ha supuesto una serie de
sinsabores en su carrera interpretativa. Si Mark Ruffalo puede interpretar a un
homosexual en plena lucha contra el SIDA, y seguir interpretando a Hulk, ¿por
qué Bomer no puede interpretar a un heterosexual sin que se ponga en tela de
juicio su sexualidad?. Son actores, y como tales, tienen registros. Jamás me ha
importado lo más mínimo lo que hagan en sus vidas privadas, y espero que la
sociedad, tarde o temprano, haga lo mismo.
En mi opinión, esta es la mejor "tv movie" que he visto en mi
vida, y la recomiendo a todo el mundo, eso sí, tened presente que es un drama,
y como tal, llorareis, aunque eso se compensa con algún que otro desnudo de
Matt Comer.
Lo mejor: prácticamente todo, pero me ha sorprendido ver a Parsons, y a
Bomer, en registros tan distintos a los que nos tienen acostumbrados.
Impecable.
Lo peor: que exista todavía gente capaz de criticar el amor, porque el amor,
al fin y al cabo, debería ser algo positivo, y nunca una excusa para odiar.