Últimamente creo que estoy un tanto "british", de repente me ha
empezado a hacer gracia el humor inglés, aunque desde luego no son exactamente
comedias lo que estoy viendo.
Después de un día en el que sólo cabe destacar las compras y la comida, y la
buena compañía, estoy aquí con una de esas películas de las que mucha gente no
ha oído hablar, pero sorprendentemente son de lo que mejor que el cine ofrece.
Como siempre, si no hay tetas o explosiones, en España la película no triunfa.
Hoy es sábado, y como prácticamente todos los sábados tengo a gente
esperando para cenar, o para salir, o para lo que sea, así que no suelo hacer
la entrada demasiado larga, puede que lo instaure como una tradición.
En "Nunca me abandones" se nos cuenta la historia de tres jóvenes
que crecen en un internado, un lugar en el que dirigen sus vidas, pero todo
empieza a cobrar sentido cuando descubren el mundo en el que viven. Un mundo
cruel del que es imprescindible escapar. Obviamente podría decir qué ocurre en
ese mundo, pero entonces seguramente estropearía el argumento de la cinta,
cinta que desde mi punto de vista es imprescindible en la filmoteca de todo
buen cinéfilo.
Esta adaptación del libro de Kazuo Ishiguro, ha sido llevada a cabo por Mark
Romanek. Me ha hecho gracia porque se ha tachado la novela de depresiva, y me
ha hecho darme cuenta de que toda la literatura japonesa que yo he leído tiene
esos tintes melancólicos, así que no es sorprendente que la adaptación también
los tenga.
Protagonizada por Andrew Garfield, Keira Knightley y Carey Mulligan, a los
cuales solo les puedo decir una cosa:"Gracias".
Lo mejor: el desarrollo de la idea principal de la cinta.
Lo peor: lo cerca que está la sociedad actual de llegar a eso.
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