Acabo de llegar a casa, después de un corto viaje en tren. Viaje que
pretendía aprovechar para ver alguna película, o para adelantar algún tipo de
trabajo, pero para mi sorpresa el tren en el que he viajado no tenía enchufe
para el ordenador, y mi batería está más que muerta, así que me he tenido que
resignar a ver la película que Renfe ha creído conveniente. Supongo que a veces
está bien ver el tipo de cine que ven el resto de los mortales.
Cuando se estrenó "The Host" no tenía ninguna intención de verla,
y menos sabiendo que estaba basada en un libro escrito por la maravillosa
Stephenie Meyer. Y ahora no sé si hacer una reseña sobre lo que me ha parecido
la película o sobre lo terrible que es esa escritora.
Esta hubiera sido una gran oportunidad para que Meyer demostrara al mundo
que puede ser más profunda, y hasta que ha depurado un poco escribiendo la
famosa saga de vampiros, pero para que nos vamos a engañar, no lo ha hecho.
En esta cinta se nos presenta un planeta Tierra en el que una raza alienígena
ha "poseído" a casi todos los humanos, pero para sorpresa de todos,
cuando capturan a Melanie y le insertan al parasito, esta lucha y llega a
coexistir con él. Melanie, quien se niega a desaparecer consigue que la conciencia
del parasito se plantee si lo que están haciendo es correcto.
El planteamiento no es del todo malo, incluso podría haber llegado a ser
interesante, pero en vez de darle un trasfondo moral y ético al asunto, han
preferido centrar la acción en el conflicto que aparece cuando ambos seres se reúnen
con los amigos de Melanie, ya que la chica está enamorada de un chaval, y la alienígena
de otro.
En mi opinión, lo único que merece la pena de esta tediosa cinta es la
actriz protagonista, la cual es ya muy recurrente en este tan ilustrísimo blog,
Saoirse Ronan, y aunque me guste bastante esta chica, no es argumento
suficiente como para aguantar las dos horas que dura la película.
La escritora consiguió ridiculizar el mundo de los vampiros, y ahora se ha
propuesto hacer lo mismo con el de la ciencia ficción, alguien va a tener que
pararle los pies.
Otro detalle interesante son las conversaciones que mantienen los dos seres
que comparten cuerpo, ¿a quien se le podría ocurrir un recurso tan absurdo como
ese? Desde luego yo no leería nada en lo que hay dos voces dentro de un mismo
cuerpo, me parece absurdo.
Lo mejor: que ya se ha acabado y no tendré que volver a verla.
Lo peor: las conversaciones entre un ser de 1000 años y otro de 15, ambos
podrían aprender mucho el uno del otro, en vez de eso, divagan sobre la nada.
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