Réquiem por un sueño (2000)

¿Nunca os habéis planteado la posibilidad de abusar de ciertas sustancias para poder hacer frente a los largos días de trabajo? Yo la verdad es que no, ni siquiera tomo café, pero hay días, como el de hoy, que no tienen fin.

"Réquiem por un sueño" cuenta cómo las drogas, y las adicciones en general, pueden arruinar una vida. Harry y Sara son madre e hijo. Ella está obsesionada con adelgazar para poder ponerse un traje y participar en su concurso televisivo favorito, el por su parte es un camello, adicto, que aspira a mejorar en la vida, pero ninguno de los dos tiene suerte. La obsesión de ella cada vez va a peor, y las aspiraciones de él lo llevan a una espiral que hará caer a todos los que le rodean.

Esta adaptación de la novela de Hubert Selby Jr, fue llevada a la gran pantalla por Darren Aronofsky, director que recientemente nos ha presentado "Noé" y anteriormente "Cisne Negro".

La cinta cuenta con unas interpretaciones sublimes, pero si hay alguien que brilla con luz propia esa es Ellen Bursyn, a quien ya vimos, y posiblemente sea su papel más relevante, en "El Exorcista". Pero en esta película no está sola, la acompañan el siempre genial Jared Leto y Jennifer Connelly.

Para que Leto se metiera mejor en el papel de drogadicto, y poder interpretar el mono, el director le invitó a que dejara el azúcar y el sexo durante 30 días. Además, para entender mejor al personaje se hizo amigo de unos cuantos dependientes de Brooklyn.

Otra cosa llamativa de la película es su banda sonora, o más bien el tema central de esta. Por lo que tengo entendido la banda que la compuso se separó cansada de que en todos los conciertos los fans les exigieran que la tocaran, y es que es casi más famosa la canción que la película.

Aunque no se llevó ninguno de los premios Ellen Burstyn fue nominada a mejor actriz tanto en los Oscars, como en los Globos de Oro.

Desde luego esta es la película que todo amante del buen drama tiene que ver.

Lo mejor: la crudeza con la que muestra una realidad.

Lo peor: a medida que avanza el tema se va volviendo cada vez más denso y desesperante.