Hoy ha sido uno de esos días que uno no tiene nada que hacer, y termina no
haciendo absolutamente nada. Bueno, un poco por la mañana sí que he hecho, pero
no mucho. Por la tarde me he puesto la película con la que vengo hoy, y era tan
absolutamente fabulosa que no he podido verla entera, y he tenido que salir a
la calle a dar una vuelta y de esa manera meditar sobre el profundo argumento.
"Buck Wild" cuenta las hilarantes aventuras de unos jóvenes, que
ansiosos de emociones contratan una especie de "todo incluido" en un
rancho, algo así como caza y casa. La excursión o lo que sea, lo ofrece
un paleto local y su calenturienta hija, el paleto ha sido mordido por el
chupacabras e infectado por un virus zombie. Y suma y sigue, porque la cosa no
ha hecho más que empezar.
El director de tan recomendable película es Tyler Glodt, estoy seguro de que
en el colegio, con ese apellido, era muy popular, y ahora que ha estrenado su
primera película lo será más. Me imagino a sus compañeros llamándolo y diciéndole:
"Hey Tyler, vimos tu película! nos encantó! Lamentamos habernos metido
tanto contigo en el colegio."
Lo bueno que tiene la película es que no tiene pretensiones de ser buena, ni
el director las tiene, y mucho menos el reparto. A este glorioso proyecto
prestaron sus interpretaciones Joe Stevens, Meg Cionni y Mark Ford.
Desde luego la película ha ido en consonancia con el resto de mi día, un
total desperdicio.
Lo mejor: la total falta de expectativas por todo aquel que ha participado
en la cinta.
Lo peor: que con el hambre que hay en el mundo, se destine dinero a este
tipo de proyectos.
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