Esta película, basada en una novela de Michael Crichton, narra cómo un grupo se traslada al Congo, cada uno con unas intenciones bastante diferentes. Por un lado unos van con la intención de ver cómo una gorila llamada Amy, con la que han estado trabajando durante algún tiempo y a la que le han enseñado el lenguaje de signos, se readapta a vivir en libertad. Por otro lado algunos de los expedicionarios van con la intención de encontrar unos extraños diamantes que podrían llegar a usarse como arma. Pero una vez en la selva se verán amenazados.
La cinta, no os voy a engañar, es mala. Pero no creo que sea tan mala como para recibir siete nominaciones a los Razzie. Triplicó la inversión que se hizo en ella, ya que se realizó con un presupuesto de 50 millones, y recaudó 152.
Desde luego el director no va a hacerse famoso por sus grandes películas. La otra única película mencionable de la filmografía de Frank Marshall es "Viven"
Hay una sorpresa, o por lo menos para mi lo es, en el reparto de la película que hoy me ocupa, y es la siempre vistosa presencia de Tim Curry. El resto me dan igual, aunque para seguir con mí rigor informativo voy a nombrar a los principales actores de la cinta. Dylan Walsh, Laura Linney, Ernie Hudson y Grant Heslov llevan a cabo una interpretación bastante anodina en esta película.
No voy a recomendar esta película, por muchos buenos recuerdos que tenga de la primera vez que la vi. La película no ha envejecido bien.
Lo mejor: Tim Curry, por breve que sea su papel, siempre sabe brillar.
Lo peor: estoy seguro de que con mucho menos presupuesto hubieran tendido un resultado similar.
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