Últimamente, sin motivo alguno, me encuentro algo flojo, física y anímicamente. Todo se me hace cuesta arriba, será que se acerca el verano, o algo. Por suerte estoy orgulloso de estar consiguiendo una constancia en mis proyectos totalmente desconocida hasta la fecha. Lo próximo creo que va a ser buscar mecanismos para no pensar tanto.
Después de una información totalmente innecesaria, me pongo con la cinta con la que vengo hoy, la cual me ha dado una idea, hacer un mini-ciclo de películas que dan una visión de Japón desde el punto de vista de extranjeros, cosa que no se va a poder hacer totalmente por la cinta con la que vendré mañana, la cual no tiene esa temática, pero es una cinta que tengo que ver.

Con esta película Sofia Coppola demostró que era capaz de hacer buen cine, de hecho creo que es lo mejor que ha hecho hasta ahora. Tras esta hizo "Maria Antonieta" cinta que tampoco me desagradó especialmente.
Hubiera estado bien que esta fuera la primera película de Scarlett Johansson, aunque sólo fuera para que yo en tan ilustrísimo blog dijera que había nacido una estrella, pero nada más lejos de la realidad. Lo que sí que puedo decir es que esta cinta es la que la transformó, de alguna manera, en lo que es hoy. Pero ella es sólo la mitad de la interpretación de esta película, la otra mitad es Bill Murray. Siempre había creído que este último, desde los noventa no había hecho nada, y que ahora estaba volviendo a actuar, y resulta que nunca se fue, ha trabajado desde que empezó, con mayor o menor éxito.
Una cosa que me ha llamado muy gratamente la atención ha sido la banda sonora, donde se incluye un tema de "Peaches", muy recomendable.
El papel que interpreta fue escrito para él en concreto, de hecho Coppola afirma que si él no hubiera aceptado participar en la cinta, esta nunca se hubiera realizado.
Lo mejor: lo sencillo que resulta el guión, y a la vez que no necesite nada más.
Lo peor: la verdad es que la cinta me ha gustado mucho, y no sabría qué defecto sacarle.
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