Llevo unos días durmiendo tanto que apenas tengo tiempo para ver
películas. Ayer, después de pasarme el día haciendo una maravillosa excursión,
llegué a casa, cené y puse una película que a duras penas pude ver. Antes de
las doce de la noche ya estaba durmiendo, y esto lleva varios días pasándome.
¿Me estaré haciendo mayor? ¿o acaso me estaré convirtiendo en alguien diurno y
de bien? Desde luego, esto último puedo asegurar que no está pasando, no me
estoy convirtiendo en una persona de bien. Pero es de eso de lo que trata la
película con la que vengo hoy.
En "American Psycho" se nos
presenta a Patrick Baterman, un exitoso hombre de negocios, marcado por un
egocentrismo enfermizo que en parte le lleva a volverse loco, queriendo
destacar entre todos sus compañeros, y dando rienda suelta a sus más bajos
instintos. Esto último hace que descubra un cada vez mayor gusto por el dolor y
la muerte de los demás.
El argumento es una adaptación de la
novela del gran Bret Easton Ellis, considerado como uno de los grandes
representantes de la Generación X.
La cinta fue dirigida allá por el año 2000
por la canadiense Mary Harron. Y desde un principio estuvo marcada por la polémica,
y es que Leonardo Di Caprio rechazó interpretar el papel principal. Seguramente
el hecho de ser tan remilgado a la hora de elegir sus papeles es lo que le ha
privado hasta la fecha de obtener su apreciado Oscar.
Finalmente la película fue protagonizada
por Christian Bale, quien se inspiró en Tom Cruise para meterse en el
personaje. De hecho se metió tanto en él que durante el rodaje de la película,
Bale llevaba a cabo la rutina que describe el personaje en una de las escenas. También aparecen en la
cinta Reese Witherspoon, Willem Dafoe, y el siempre perfecto Jared Leto.
Un detalle tan divertido como curioso es
que Baterman está obsesionado con la pulcritud y la moda. Durante la película
el personaje nombra varias grandes marcas, y aparece vestido por las mejores
firmas, pero a la hora de aparecer matando a gente o cargando con los
cadáveres, los responsables de las marcas no querían que fuera con sus diseños.
Pero el mayor gasto al que tuvo que hacer frente la producción fueron los
derechos para poder usar los temas que forman la gran banda sonora con la que
cuenta la cinta.
En mi opinión y para ir acabando por hoy,
diré que me ha parecido más entretenida que maravillosa, por lo tanto es
recomendable, pero estando lejos de ser la gran obra maestra que me habían
dicho que era.
Lo mejor: el maravilloso trato y
desarrollo que tiene la enfermedad mental en esta cinta, me ha parecido muy
interesante.
Lo peor: el final no me ha gustado en
absoluto, de hecho he oído que existe una secuela. Puedo asegurar que no la voy
a ver.
No sé por qué, cuando estoy en Barcelona, las actualizaciones me
salen mucho más cortas, y puedo asegurar que les dedico exactamente el mismo
tiempo que cuando estoy en mi casa.
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