Después de uno de esos domingos en los que terminas cansado de tanto
descansar, y pensando más en lo que me voy a preparar para cenar que en otra
cosa, hoy vengo con una magnifica película de esas que por algún motivo pasan
por la taquilla sin hacer demasiado ruido, y sin embargo superan en todos los
aspectos a las que sí que lo hacen.
Estoy hablando de la última película de mi queridísimo Wes Anderson, el cual
empieza a ser uno de mis directores favoritos, ya que todavía no he visto nada
suyo que no me haya gustado. Para los que no lo sepan, Anderson es un hombre de
costumbre y de amigos, ya que quien trabaja una vez con él, por regla general,
repite. Todo el mundo cree que su actor fetiche es Bill Murray, y así es, pero
¿cuanta gente sabe que Owen Wilson sólo se ha perdido una película más que
Murray, y por lo tanto le sigue de cerca?.
En "El gran hotel Budapest" se nos presenta a modo de metaficción
las maravillosas aventuras de Gustave H. y Zero Moustafa, el conserje y botones,
respectivamente, del Gran Hotel Budapest. La historia comienza a tomar forma
cuando Gustave recibe la noticia de la muerte de una de sus octogenarias
amantes, y acompañado de Zero decide ir al velatorio y a la posterior lectura
del testamento. Una vez allí se entera de que ha sido nombrado heredero de una
serie de obras de arte, y en contra de la familia se las lleva, cosa que hará
que vivan una serie de enredos de lo más extraños.
Anderson, nos presenta una historia de esas a las que ya nos tiene acostumbrados,
y como no podía ser de otra forma, narrada de forma exquisita.
El grupo de actores que ha conseguido reunir Anderson en esta ocasión es
otro de los aspectos que dan una gran profundidad a la película. Como
protagonistas están Ralph Fiennes y Tony Revolori, pero lejos de quedarse ahí
ha contado con los ya antes mencionados Bill Murray y Owen Wilson, además de
Saoirse Ronan, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jude Law, Edwar Norton e incluso con
Tilda Swinton.
Ciertamente me proclamo un gran seguidor de Anderson, e invito a todo el
mundo a ver alguna de las películas, sea la que sea. Y aviso de que esta no
será la última de sus películas que pase por tan ilustrísimo blog, a igual que
tampoco es la primera.
Lo mejor: la maravillosa forma que tiene el director de enlazar las
historias y de hacer que algo que no tiene importancia te resulte tan
interesante, y es que esa es la verdadera función de quien cuenta historias,
hacerlo de forma que cualquier evento pueda resultar apasionante.
Lo peor: que el papel de Swinton sea tan breve.
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