Lo admito, estoy algo nervioso por lo de mañana, pero no puedo
hacer nada al respecto, así que mejor no preocuparse por algo en lo que no
puedes influir.
Ayer, después de viajar durante toda la
mañana, pasamos el día en Barcelona, y como no podía ser de otra manera,
terminamos en una tienda de DVD's donde para no romper la costumbre, se nos fue
de las manos. Y hoy vengo con una de las que compramos.
"The Navigator: Una Odisea en el
Tiempo" es una historia rara donde las haya. La trama se centra en un
grupo de hombres, que con la intención de salvar a su pueblo de la peste que
está asolando Europa en el siglo XVI, deciden emprender un viaje para coronar
una gran catedral con el cobre que fabrican en su pueblo. El viaje, guiado por
un niño que tiene visiones, pasará por el centro de la tierra, conduciendo al
grupo a la Nueva Zelanda del siglo XX.
La cinta de hoy fue premiada con los
galardones de Mejor película y Mejor fotografía por la Australian Film
Institute, además de recibir el premio a Mejor película en el año 1988 en el
Festival de Sitges.
Vincent Ward es el director neozelandés
que nos presentó esta película. Al verla pensé que era demasiado experimental
para pertenecer a un director con experiencia, y cuál ha sido mi sorpresa al
descubrir que es su cuarta película, y lejos de haber dejado de trabajar, aún
hoy sigue haciéndolo. Seguramente la película de Ward que a más gente llegó es
"Más allá de los sueños", donde trabajó con Robin Williams y Cuba
Gooding Jr. Por esta película, los productores de "Alien 3" quisieron
contar con este director para redactar el guión, pero no sin tener diversas
diferencias creativas.
El reparto es uno de los lastres de la
cinta, y al mismo tiempo es uno de los aspectos que la dota de tanta
personalidad. La película está protagonizada por Bruce Lyons, Chris Haywood,
Hamish McFarlane, Marshall Napier, Noel Appleby, Paul Livington y Sarah Pierse.
Es curioso que la parte que transcurre en
la Edad Media esté en blanco y negro, y la parte que trascurre en la actualidad
sea en color. Por algún motivo me recordó al recurso usado en "La historia
interminable" donde se utilizaba un color distinto para la letra, en el
libro, para distinguir donde ocurría cada cosa.
A mí personalmente no me ha encantado,
pero reconozco que tiene algo que hace que a muchos les pueda resultar
interesante.
Lo mejor: es muy original e interesante.
Lo peor: existen ciertos fallos
históricos.
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